Intermezzo

martes, 30 de octubre de 2012
La tarde del "día 4" decidí buscar respuestas, pedir perdones. Le abordé en el lugar donde sabía que estaría. Fueron tres o cuatro horas hablando que me dieron cierta paz. En algún momento me dio la sensación de que él lo estaba pasando igual o peor que yo. Mi corazón roto ya le había perdonado y yo necesito seguir adelante. No quedamos en nada.

Esa noche me dormí pronto pero hacias las dos de la madrugada el desvelo llegó de nuevo. Me queda un largo y difícil camino por delante, pero me siento con fuerza y ganas para afrontarlo. Aunque también quiero ver empeño por su parte. No sería justo que todo lo hiciera yo.

Al día siguiente, viernes, tenía una extraña sensación de no saber como actúar, qué iba a pasar... Y por la tarde, me llamó. Las dudas nos acechaban a los dos. Quedamos, paseamos, hablamos, discutimos. Y pasé la noche en su casa.

El sábado nos levantamos y fuimos a pasar el día en otra ciudad, como antes, como si nada... Y así  hasta el lunes por la mañana.

Me pregunto qué pasará; la gente habla; yo quiero avanzar.

0 comentarios: